La democracia se fundamenta en lo local. Si, por lo demás, su origen está en la ciudad y no en el imperio es porque la comunidad vecindaria supone en cierto sentido la escala natural a partir de la cual entendemos que determinados asuntos concernientes al conjunto de la comunidad deben regularse y decidirse colectivamente. En las sociedades tradicionales, los vecinos (o los próximos) es la gente con la que uno se encuentra personalmente en contacto y cuyos padres e hijos conoce. Se trata de “individuos iguales que nosotros”, con los que se puede hablar de forma cotidiana y que a menudo tienen preocupaciones y problemas similares a los nuestros. Habitan el mismo territorio y son afectados por el mismo clima. Los vecinos constatan su interdependencia y ello les lleva a la armonización, dentro de lo posible, de sus derechos y deberes. En su origen el concepto de democracia resulta bastante más sencillo: supone que los individuos que hablan entre sí en el mercado, en las encrucijadas, en el atrio de los templos, y cuyos hijos podrían quizá casarse con los nuestros, supone, pues, que tales individuos deciden EN GRUPO las reglas y las decisiones más importantes que a todos afectan, en lugar de dejar estas decisiones en manos de una minoría que podría estar interesada en actuar en beneficio de sus propios intereses en detrimento del interés general…
…En lo relativo al plano político, que nos interesa más particularmente, es previsible que la sociedad humana, con sus flujos demográficos, económicos e informativos, con sus distintas comunidades, sus intereses divergentes, sus pasiones, sus ideas, sus debates, sus relatos contradictorios, sus entresijos de poder, sus sufrimientos y su conciencia colectiva, vaya siendo cada vez mejor conocida, cartografiada en tiempo real y transparente para todos y cada uno de sus miembros. La escritura supuso el fundamento de las jerarquías y el secretismo estatal, el alfabeto de la ciudad de la antigüedad y de la libre ciudadanía, la imprenta de la opinión pública, de la noción de derechos humanos y de la moderna democracia. Del mismo modo, la OMNIVISIÓN o transparencia digital, pasará a convertirse en la base de una ciberdemocracia todavía difícil de imaginar…
[FUENTE]
lunes, 17 de diciembre de 2007
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